
Sobre la espiritualidad, el trabajo y el dinero
04/12/2022Ultimamente me llegan distintas opiniones sobre si es bueno hacer dinero, buscar la riqueza, atesorar, etc… y a la vez buscar un desarrollo espiritual. ¿Son compatibles ambas posturas?… es más ¿es posible tener mucho dinero y no caer en las trampas de la riqueza?.
El Vedanta insiste en que se pueden compatibilizar ambas posturas siempre que uno no se apegue a los resultados del trabajo, es decir, que uno puede trabajar pero no debe apegarse a los posibles beneficios que se obtengan: los frutos de la acción.
Arth (ganar dinero), es uno de los purushartha (algo a lo que todos deberían aspirar)
Bhagavad Gita: Capítulo 3, Verso 9
यज्ञार्थात्कर्मणोऽन्यत्र लोकोऽयं कर्मबन्धन: |
तदर्थं कर्म कौन्तेय मुक्तसङ्ग: समाचर || 9||
yajñārthāt karmaṇo ’nyatra loko ’yaṁ karma-bandhanaḥ
tad-arthaṁ karma kaunteya mukta-saṅgaḥ samāchara
¡Oh hijo de Kunti! (Arjuna) Las obras distintas de las realizadas por el bien del sacrificio (Yajna) atan a este mundo. Así que realiza el trabajo para el sacrificio sin apego.
En este verso se exhorta a Arjuna a realizar cualquier clase de trabajo, que sea honesto por supuesto, pero siempre que su función sea ayudar a la humanidad, y como un acto dedicado a Dios. Y otro requisito es que debe desapegarse de los posibles frutos obtenidos de él. Sólo de esa manera tal trabajo no nos atará a la rueda del samsara.
¿Es posible esta actitud?…
Debemos trabajar para satisfacer nuestras necesidades básicas. ¿Donde acaban las necesidades básicas y empiezan las supérfluas?…
Por otro lado el ser humano está constituído de tal manera que no puede evitar “hacer”. La cuestión es como “hacer” (karma) sin provocar ataduras.
Ahí entra en escena el karma yoga.
El ejemplo del cuchillo es muy claro: un cuchillo sirve para muchas cosas, desde hacer daño hasta permitirnos comer y prepararnos los alimentos. De igual manera el trabajo se puede comportar como un cuchillo, siendo un arma de dos filos. De nosotros depende usarlo bien. La herramienta del karma yoga es, precisamente, la que nos va a permitir salir bien parados de la situación.
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¿Excesivo interés? ¿Apego?
El problema del trabajo es que siempre suele pedirnos más y más dedicación, y por supuesto, debemos dedicar tiempo y esfuerzo, porque en muchas ocasiones, si no lo hacemos, corremos el riesgo de que el negocio que nos traemos entre manos fracase. Tal interés es el que nos puede llevar sin darnos cuenta por la vía inequívoca del apego. Así pues, ¿donde ponemos el límite?…
El límite lo pone la BG en su capítulo 3, verso 30, cuando dice:
मयि सर्वाणि कर्माणि संन्यस्याध्यात्मचेतसा |
निराशीर्निर्ममो भूत्वा युध्यस्व विगतज्वर: || 30||
mayi sarvāṇi karmāṇi sannyasyādhyātma-chetasā
nirāśhīr nirmamo bhūtvā yudhyasva vigata-jvaraḥ
Realizando todas las obras como una ofrenda hacia Mí, medita constantemente en Mí como el Supremo. ¡Libérate del deseo y del egoísmo, y con tu dolor mental desaparecido, lucha!
Vemos que se le pide a Arjuna que trabaje duro sin esperar nada de su esfuerzo. “Sin esperar nada de su esfuerzo” es निराशी nirāśhīr (sin desear los frutos de su acción nirāśis निराशिस्) Pero… ¿es eso suficiente?… sabemos que el trabajo, para hacerlo bien, es necesario que sea constante y enfocado. Y el dinero, si escasea, puede provocar una reacción exacerbada que nos incita a buscarlo con todas nuestras fuerzas… Por eso, ¿dónde está el punto exacto, el equilibrio, a la hora de ser rico y, a la vez, ser espiritual?
Da la impresión de que aplicar निराशिस् y establecer una estrategia económica para nuestra empresa pueden ser incompatibles, porque obviamente cuando alguien aplica medidas económicas lo hace para obtener (frutos) un beneficio.
Karma Yoga para quienes llevan un negocio o una familia
Todas estas cuestiones las deja bien claras Swami Vivekananda en su libro Karma Yoga, en el capítulo II, “Cada uno es grande en su propio lugar” cuando explica que trabajar para obtener riqueza, como cualquier cabeza de familia, significa que se está cumpliendo un deber (dharma) que le sitúa al mismo nivel que cualquier eremita meditando en una cueva, o mayor, puesto que de sus acciones se deriva que habrá muchas personas, familia, sirvientes, que vivirán de su esfuerzo. Y deja claro que, además, la actitud de esta persona debe estar regida por la valentía, la discreción, la resolución, y procurar dar la mejor imagen que pueda de sí mismo a los demás, puesto que los demás dependen de él.
Por eso insiste en que, siendo cabeza de familia, hay que actuar para conseguir riqueza y, sobre todo, evitar la inactividad:
“La inactividad debe evitarse por todos los medios. Actividad siempre significa resistencia. Resistid todos los males, mentales y físicos; y cuando hayas logrado resistir, entonces vendrá la calma. Es muy fácil decir: “No odiéis a nadie, no os resistáis al mal”, pero sabemos qué significan en la práctica ese tipo de cosas en general. Cuando los ojos de la sociedad se vuelven hacia nosotros, podemos hacer una demostración de no resistencia, pero en nuestros corazones es gangrena todo el tiempo. Sentimos la absoluta falta de la calma de la no resistencia; sentimos que sería mejor para nosotros resistir. Si deseas la riqueza y sabes al mismo tiempo que todo el mundo considera a quien aspira a la riqueza como un hombre muy malvado, quizás no te atrevas a sumergirte en la lucha por la riqueza, pero tu mente estará corriendo día y noche detrás del dinero. Esto es hipocresía y no servirá para nada. Sumérgete en el mundo, y luego, después de un tiempo, cuando hayas sufrido y disfrutado todo lo que hay en él, llegará la renuncia; entonces vendrá la calma. Así que cumple tu deseo de poder y todo lo demás, y después de que hayas cumplido el deseo, llegará el momento en que sabrás que todo son cosas muy pequeñas; pero hasta que hayas cumplido este deseo, hasta que hayas pasado por esa actividad, es imposible que llegues al estado de calma, serenidad y entrega de ti mismo. Estas ideas de serenidad y la renuncia se ha predicado durante miles de años; todo el mundo ha oído hablar de ellos desde la infancia y, sin embargo, vemos muy pocos en el mundo que hayan llegado realmente a esa etapa. No sé si he visto en mi vida veinte personas realmente tranquilas y sin resistencia, y he viajado por medio mundo”.
Cada individuo tiene sus deberes, según el puesto que ocupa en la sociedad: el estudiante, estudiar, el trabajador, trabajar, el militar, defender a su país, el cabeza de familia, hacer dinero y crear riqueza. Sin embargo, la máxima de “no esperar los frutos de tus acciones” es una de las cosas más difíciles de conseguir en nuestra sociedad, porque ¿quién no se siente mejor al realizar actos de generosidad?… ¿quién no se siente bien cuando sus inversiones dan buenos intereses?… ¿Quién no se siente recompensado cuando le agradecen un regalo?.
Un cabeza de familia debe (ese es su deber) ganar dinero, pero siempre debe hacerlo sin mentir, sin engañar a otros, sin realizar negocios fraudulentos o contrarios a la moral.
El cabeza de familia tiene sus obligaciones, entre las que se encuentran ganar dinero y obtener una economía saludable para toda la familia, parecer fuerte, hablar lo justo, no referirse a su propia fama ni a su salud, vestir y alimentar a su familia. Educar a los hijos. El cabeza de familia es la base de la sociedad en la que vive, formada de millones de estas personas.
Desgraciadamente esto se ha perdido, y ahora se fomenta un tipo de cabeza de familia que deja ver sus debilidades y con eso no solo se desproteje él sino también su propia familia. Y esta es una máxima del Karma Yoga: ser fuerte en todos los aspectos, físico, emocional y mental.
Trabajo, trabajo, trabajo
Según Vivekananda, una de las ideas centrales de la BG es trabajar sin descanso, pero sin apegarse. Pero debemos recordar aquí la naturaleza del ser humano: los estímulos sensoriales que provienen de los Indriyas (sentidos) van dejando huellas en nuestra mente (Vṛtti (वृत्ति)) y modelando nuestro carácter. De cómo hayamos ido controlando esos estímulos, y de cómo hayamos ido conformando nuestro carácter somos los únicos responsables.
Por eso, ya que sabemos que trabajar va a producir Vṛtti (वृत्ति) indefectiblemente, debemos estudiar la manera de que sean pocos y se vayan eliminando, bien mediante la realización de un esfuerzo en sentido contrario, es decir siendo consciente de qué cosas o personas producen apegos en tu mente y procurando dejarlos ir.
Trabaja, pero deja ir aquello que te produce apego.
Trabaja pero evita que ciertas cosas produzcan modificaciones mentales o Vṛtti (वृत्ति).
Pero ¿cómo podemos hacer esto?… probablemente la única forma de hacerlo sea amando el trabajo que hacemos. Cada cual con el suyo, sin esperar aplauso. Haciéndolo lo mejor que sepas, sin pensar en el resultado concreto. Como lo harías para tu propia empresa en caso de que trabajes para otros. Amar el trabajo es hacerlo como si estuvieras pintando un cuadro, o esculpiendo una escultura. Fundiéndote con él. Así el trabajo saldrá perfecto, para ti.
Una vez hecho, considera que no lo hiciste tú, que fuiste un vehículo de Dios y la creación se replicó a través de ti. Cualquier cosa que hayas creado, no la consideres tuya (incluidos tus hijos) sino que pudiste hacerlo porque eres una herramienta de Dios. Así acabas con el apego.