
Beber alcohol
15/07/2022Beber alcohol es una práctica limitada por las grandes religiones de todo el mundo. La religión católica es de las que ha ido relajando tal prohibición con más intensidad a lo largo de los años. La tendencia en el mundo occidental ha sido demoledora y actualmente se puede decir que es una más de las drogas manejadas por el estado, que no solo es fuente de pingües beneficios sino que es fuente de problemas para muchísimas personas por las consecuencias que trae su consumo. Y digo “una más” porque la población está siendo “adormecida” por el sistema sanitario (entre otros) mediante la dispensación de multitud de químicos que sedan y adormecen. Antidepresivos, ansiolíticos, sedantes, medicación para dormir, y un largo etcétera de sustancias destinadas a tener a la gente “dormida” se están recetando anualmente en todo occidente. Por eso la gente no despierta.
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¿Qué pasa con el alcohol?
No obstante, usado con consciencia y buscando un objetivo, el alcohol puede ser un gran instrumento de conocimiento… para luego dejarlo.
¿Qué pasa con el alcohol?… el alcohol es un desinhibidor.
Eso significa que descontrola nuestra mente: descontrola Manas y adormece Buddhi.
Con alcohol tienes menos control sobre tu respuesta inmediata, y no mides los efectos de lo que dices y haces. Eres, por lo tanto, menos dueño de tus actos.
Pero, sabiendo que eso es así, puedes usar el alcohol para entrenarte y ser consciente del control/descontrol que tienes sobre Manas. Como ya sabemos Manas actúa sobre la respuesta inmediata y “desata” la lengua de forma irreflexiva. Es por tanto un elemento que puede servirnos para experimentar…

Experimento
Te juntas con unos amigos y decidís beber unas cervezas, unos vinos y comer algo. La reunión se anima, estáis estupendamente todos. De repente, sale en la conversación alguien que no está presente. En condiciones normales no hablaríais de esa persona, pero con alcohol, uno de los presentes se anima y hace un comentario desagradable sobre el ausente.
Los demás, que también han bebido, abundan sobre ese primer comentario y lo critican más y mejor.
Y, de repente, uno de los presentes, deja caer una bomba y desvela un secreto sobre la persona que no está… arrepintiéndose casi al instante. Los demás se enfadan y la reunión termina mal.
Esta situación se produce continuamente. Y la culpa no es del alcohol, la culpa es de cada uno de los que lo usan. Porque la decisión de usar alcohol es suya.
¿En qué consiste el experimento?… consiste en usar cada una de estas reuniones con alcohol para medir tu capacidad de no beber y lo que es más importante, tu capacidad de controlar tu lengua, estando atento a los pensamientos e impulsos que vienen a tu mente.
Beber o no beber
Yo soy partidario de beber poco alcohol y evitarlo siempre que se pueda. Pero no me gusta ser intransigente o intolerante, y prefiero provocar pocos vṛtti porque luego se vuelven contra uno. Mi experiencia es que uno provoca vṛtti (turbulencias) cuando en una reunión se niega a a beber. Y ya he aprendido que no es eso lo que quiero hacer. Yo uso las reuniones para aprender sobre el funcionamiento de mi mente y la capacidad que tengo de superar las dificultades. Aprendo de mis errores, intento corregirlos y no volver a caer.
Sobre todo, en el caso del alcohol, quiero ver y experimentar cual es el efecto que produce en mi mente y en la de los demás.
El alcohol nos habla mucho de nuestro ego.
No quiero generar vṛtti y por eso no me niego a beber, pero estoy muy consciente de lo que bebo, lo que digo y lo que pienso.
Así, mi copa dura mucho más que antes, es posible que no lo llegue ni a vaciar, mojo los labios pero no bebo, de tal manera que los demás ni se dan cuenta. Si tengo sed, pido un vaso de agua y me lo bebo antes.
Ejercita Buddhi
Las reuniones con alcohol de por medio son muy útiles para ejercitar Buddhi, la mente discriminativa. Si bebes alcohol es muy normal que hables sin pensar. Pues bien, es en estas ocasiones en las que tienes que estar muy atento y, justo antes de decir algo, meditar de forma tranquila si conviene hablar o es mejor estar callado. Y en caso de abrir la boca, pensar muy bien qué decir, sopesando sus consecuencias.
Parece difícil, pero no lo es tanto, aunque seguramente necesitarás muchas reuniones para llegar a crear hábito.
Los demás no se darán cuenta, pero tú podrás notar cómo vas haciéndo “músculo”.
Cada vez estarás más despierto, cada vez beberás menos alcohol y cada vez estarás más satisfecho de controlar la faceta Manas de tu mente.
Para saber más sobre este tema
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Y cómo hacen los que dirigen el mundo para aprovecharse de nuestras características:
Creo que aún no estoy capacitado para tal ejercicio, prefiero abstenerme de su consumo y trabajar mi capacidad de observador en las reuniones sociales así como la de minimizar las posibles turbulencias que pueda provocar tal hecho.
Muy acertada decisión. Gracias Ezra.
De siempre he bebido alcohol, y siempre he sabido parar, me afecta más física que mentalmente, observándome y observando los cambios en otr@s